Tienda vintage: Soluna

El sábado me solté el cabello, me vestí tropicalísima apache, me puse tacones, me pinte y me fui a la fiesta de Soluna. Me pareció muy ingenioso y poco visto en mi ranchito, hacer un showroom, con música electrónica, ambiente frutal y jóvenes creativos unidos por la esencia del vintage.

Cuando llegué me recibió con todo el feeling y una falda de muerte con la virgen de Guadalupe, Brasilia Mungarro, la propietaria. Y en la plática me contó todo sobre su tienda, el concepto y lo que la hace tan especial.

 

Soluna es una tienda vintage,  o sea que comercializan prendas únicas y  atemporales de los años 90’s, 80’s,  70’s y otros tiempos. Aunque esta idea es muy popular alrededor del mundo, Soluna es la primera tienda vintage en Sonora y tiene la gran labor de borrar aquellas ideas preconcebidas que tenemos sobre este tipo de prendas:

 

• «Si uso algo vintage, pareceré maestra de los años 80’s con pelo abultado.» Obvio no, a menos que quieras serlo, entonces yo no juzgo. Las prendas vintage no tienen el propósito de hacerte ver como personaje de sitcom ochentera,  por lo general son piezas únicas que combinándolas con prendas y accesorios modernos, te harán lucir espectacular.
• «La ropa vintage es como del tianguis, es bien barata.» No, aunque en Soluna los precios máximos de las prendas vintage son de 300 pesos, la ropa  tiene un proceso selección y cuidado, una historia y lo mejor de todo, una garantía de que no verás a ninguna perra vestida igual que tú y eso vale mucho y merece respeto.
• «La ropa vintage se echa a perder a la primera lavada, a parte es usada. » Al contrario, la ropa vintage ha durado por muchos años y el proceso de selección es muy cuidadoso, al verificar los materiales, las texturas y la calidad de la prenda. Aunque muchas prendas ya tienen historia, también existen otras que son nuevas, así que vintage no es sinónimo de usado.
•  «No habrá de mi talla.» Al comprar ropa vintage exite la regla de «Olvídate de tu talla.» Brasilia me contó que ellos prefieren traer piezas grandes porque es mucho mejor que te quede grande y arreglarse. Además, en aquellos tiempos los cortes no eran ajustados, por lo que no se ve mal que te queden sueltos. Recuerda que siempre es bueno medirse una prenda y no juzgarla por la talla, acuérdate que todas tenemos,  por lo menos, una prenda en nuestro clóset que juramos era nuestra talla y a la mera hora no la podemos usar.

Algo que me pareció muy interesante, además de la decoración en blanco y negro, luces y todo muy mítico, es que Soluna también  apoya a los diseñadores independientes, así que además de su marca y concepto de prendas vintage, es una plataforma para diseñadores locales como Luis Miguel Jacquez y Aura, quienes tienen una gran variedad de diseños muy originales y que no verás en ningún otro lugar. Me topé con el diseñador y quedamos que pronto nos iríamos a cafesear para así contarles todo sobre sus diseños espectaculares.

La verdad me sentí muy orgullosa de ver como creativos como Brasilia y Pako Camacho (su socio y novio) nos compartan con tanta dedicación más que su trabajo, su más grande hobby, y apuesten por hacer de Soluna un lugar diferente, lleno de creatividad, estilo y una plataforma de moda que tanto necesita el norte del país. Gracias a Soluna y #lossolunares por una noche excepcional y que los éxitos continúen por mucho tiempo más.

Brasilia y Pako, propietarios de Soluna.

Visítenlos en Colima, entre Hidalgo y Guerrero en Ciudad Obregón, Sonora. Y síganlos en su fan page: SOLUNA.

Y a mi escríbanme a cualquiera de mis redes sociales sus comentarios o para invitarme de party , ya saben que me encanta sentirme Paris Hilton en sus buenos tiempos:

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XOXO,

Argel